Caminatas que ando en solitario. Pueden ser caminatas públicas sin participantes, caminatas de exploración y limpieza de caminos desconocidos, o simplemente que salgo a caminar sin previo aviso por que me apeteció. :)
No vino nadie el sábado, así que tuve que aplicar el Plan B del día, que consistió en recorrer tan solo 18,4 Km, incluyendo 2 Km de camino nuevo y 350 m de «camino» de cabras.
Como siempre que voy solo, parando para comer a gusto oyendo correr el agua y aprovechando el día soleado para siestear y leer un rato largo en la montaña sin ruido alguno de civilización, excepto el avión ocasional. De hecho me encontré en el camino un colega caminante tomando el sol sobre una roca, así que parece que no soy el único que sabe vivir. :)
Estadísticas:
Total: 18,4 Km en 07:04:38 ; 2,6 Km/h incluyendo paradas (2:44)
El sábado participé en la Caminata Internacional de Barcelona de 30 Km, y el domingo en la de 20 Km. En ambos casos hice el primer tercio del recorrido con amigos y sin ninguna prisa. En el resto del recorrido, ya con el cuerpo caliente y pidiendo marcha, me programé en el mp3 un bucle de mi canción favorita para camino fácil (Appaloosa, de Gino Vanelli), y ¡hala! caminando-cantando-bailando hasta el final a 102 pasos por minuto, gozando cada paso, como si la ciudad fuera una inmensa pista de baile!!! :)
Lo de «internacional» viene de que acuden caminantes de todo el mundo, muchos de ellos con banderitas de sus países colgadas de la mochila, lo que le da un bonito colorido a la caminata. Personalmente es la primera vez que participo en esta prueba y me había creado falsas expectativas en cuanto a la internacionalidad: Esperaba ver mucha teutona tetona, suecas y demás nórdicas de aquéllas que salían en las películas de Esteso y Pajares… En fin. En ese aspecto triunfaron las locales, todo hay que decirlo.
Ah, y me dieron una medalla (imitación de cobre como mínimo) por haber participado en las dos pruebas, que siempre hace ilu.
Así que para ser una prueba por recorrido mayormente asfaltoso no estuvo tan mal. Incluso se puede repetir el año que viene.
Pese a que el término «maratón» impone un respeto, la mitja marató de Collserola resultó ser una prueba trivial: Cortita (21 Km) en un recorrido con pendientes muy suaves, con avituallamientos, por tanto ligero de mochila, buen tiempo y bien acompañado. De hecho me sentía tan ligero, que después de un rato de disfrutar caminando en compañía,
al cuerpo le apeteció «tirar p’alante» al trote, parando solamente en los avituallamientos.
Al acabar la prueba, para hacer tiempo subí al Parque del Laberinto de Horta, me relajé un rato por sus magníficos jardines y me metí en el laberinto un par de veces, que tiene su gracia. :)
Tras el entrenamiento del sábado pasado, mi compañero de fatigas y yo participamos el sábado 24 en lo de las X Ermites, con muchas ganas y levantándonos hacia las 4 de la madrugada, hecho que en sí mismo ya tiene mérito. :)
Salimos hacia las 6:20, aún a oscuras, con lluvia fina que se fue haciendo densa hasta obligarnos a ponernos los impermeables, rayos en la lejanía (pero que de noche y en medio de la montaña imponen lo suyo) y bajando con mucho cuidado por las pendientes rocosas, que estaban peligrosas por la lluvia.
Ya con luz solar y habituados a la tormenta, aguantamos la lluvia con alegría y empezamos a concentrarnos en el objetivo de la jornada: Llegar a la meta como finishers, dentro de las 12 horas.
En las subidas finales (ese Puig Vicenç) las fuerzas empezaron a flaquear un poco, pero sólo fue cuestión de parar unas cuantas veces cuando era necesario y pudimos continuar sin problemas.
Finalmente llegamos dentro del tiempo límite, con estas estadísticas…
* Total: 52,3 Km en 11:43:11 ; 4,46 Km/h incluyendo paradas
* En movimiento: 10:48:11 ; 4,84 Km/h
… y una bienvenida de héroes, como sólo saben hacerla los del Centre Excursionista Torrellenc, que organizaba la prueba. Aparte de en la meta, y como en la primera edición, toda la gente de la organización fue muy amigable y nos hicieron sentir a gusto en los controles, avituallamientos, e incluso aplaudiéndonos en puntos intermedios, que parece que no, pero anima. :)
Muy bueno también el detallito de poner el nombre en el dorsal, de forma que al llegar a los controles etc, nos llamaban por nuestro nombre.
En resumen, ¡prueba superada, gozada y repetiremos!
Tras los 52 Km del sábado, el domingo me levanté con ganas de caminar suave, así que me fui al aplec de Sant Miquel, en el Castell d’Eramprunyà. Eso sí, pasito a pasito, sin nin-gu-na pri-sa.
Pues hubo lo tradicional: Ambiente relajado, chocolatada, visita guiada, escenificación histórica, juegos para niños y mayores, sardanas, caras conocidas… Y personalmente mucho «panching» tumbado en la tierra y arrullado por los murmullos del gentío.
Por cierto, este año se celebraba la 50 edición, desde que en 1961 se retomó la tradición del aplec gracias a los esfuerzos de mossèn Abelard Sayrach y un grupo de jóvenes del Aspirantado de Acción Católica de Gavà.
Calculo (fui sin GPS) que hice unos 15 Km, incluyendo unos 500m de andar descalzo, que apetecía.
Pues el Plan B del día consistió en recorrer 44,4 Km incluyendo 8 Km de camino nuevo, afortunadamente todo abierto. No tuve que sacar el machete en ningún momento. :)
Como siempre, parando para comer a gusto y luego de las paradas caminando tranquilo «para hacer la digestión», al ritmo que impone el estómago. Saber vivir, oye. Aunque habrá que romper esta costumbre el día 17 con los 52 Km, o llegaremos muy tarde. En fin.
También como de costumbre, solo oí un disparo durante el recorrido, hacia la zona de La Sentiu. A ver si hay suerte y dura la racha.
Estadísticas:
Total: 44,4 Km en 13:17:09 ; 3,34 Km/h incluyendo paradas
Una cosa que tenía pendiente este verano era dormir al menos un día en la montaña, con el equipo que llevo habitualmente en la mochila, para coger experiencia por si alguna vez tengo que pasar la noche en el monte. Así que subí a Begues el viernes, fui a un refugio, improvisé un colchón cutre y me quedé a «»»dormir»»». El número de comillas es intencional. :)
En levantándome, y puesto que el sábado pasado aguanté bien los 50 Km, este sábado recorrí la ruta de las X Ermites (52 Km) para integrarla en la memoria muscular, entrenar un poco más y no encontrarme con sorpresas el día de la prueba. Eso sí: Con la mochilaca cargada a tope y sin más avituallamiento que las fuentes, riachuelos y bares, etc del camino.
En uno de los bares ocurrió la única cosa notable del día: La fermosa mozuela que me atendió, en viéndome la pinta de caminante inició una simpática conversación con un «¿y también duermes por ahí?». ¿Increíble casualidad? Na, dejémoslo en lo que es: Anonadante Intuición Femenina. Aclaro que no llevaba saco de dormir ni ninguna cosa que hiciera evidente lo de dormir… como mucho barba de un día y ojeras quizá. Pero no le quita el mérito.
Por cierto, las caminatas de «entrenamiento para las X Ermites» de Septiembre siguen convocadas a pesar de que personalmente ya haya recorrido la ruta.
Insistiendo con lo de dormir, el sábado hice noche en el refugio otra vez, cometiendo menos errores y durmiendo mejor, claro.
Me desperté con el amanecer del domingo, físicamente bien y con ganas de explorar unos cuantos caminos de la zona, cuando «¡páñau, páñau!»: escuché disparos cercanos. Y luego más por otra zona, y luego otros más por otra… Total, que con mis objetivos del finde cumplidos y visto el ambiente, preferí dejar el monte a los cazadores y bajar a la civilización.
Eso sí, en llegando a casa, con la siesta me pasé tres pueblos. Un buen finde pues. :)
Pues ese sábado salí a explorar caminos nuevos, podar algunos hasta donde ya no tenía sentido seguir podando, verificar servicios disponibles (bares, fuentes, tiendas) en algunos «avituallamientos» potenciales. Hmm, ahora que lo pienso, se me olvidó preguntar en las piscinas municipales si se podrían usar las instalaciones sin ser socio, que sería un aliciente.
En total, 50 Km con mucho camino nuevo, algo de camino que no llevaba a ninguna parte, el Sol ahí haciendo su trabajo eficientemente (que no se lo reprocho), comida-siesta a la sombra durante la hora central del día, muy pocas y lejanas señales de caza, y algunos placeres raros o inesperados:
* Durante un reabastecimiento de agua en Olesa, un niñito que ya hablaba algo, aunque aún llevaba chupete, inició una conversación conmigo sobre la función de los palos de andar, y bueno, fué una conversación no muy fluida pero simpática. Es que me encanta que los niños sean así de espontáneos. :)
* Pude bañarme en medio de la montaña en un lugar que conozco. ¡Qué gusto!
* Y la hospitalidad de los pueblos pequeños, que no esperaba encontrar: En Olivella, pregunté a unas vecinas dónde se podía comprar agua fresca. Puesto que el único lugar que servía estaba cerrado por vacaciones, una de ellas sacó una botella de casa y me la ofreció así sin mas, supongo que considerando mi pinta de necesitado :) , y encima se negó a cobrármela. Pero bueno, al menos me aceptó un par de besos sinceros.
Fermoso día, sí señor. Sólo me faltó encontrar el amor de mi vida en algún camino. En fin, otra vez será. :)
Pues no se presentó nadie para la caminata del 14. Afortunadamente ya estoy preparado físicamente y moralmente (*) para que en la mayoría de caminatas no acuda nadie, así que simplemente eché mano del Plan B, o sea:
Me dediqué a recorrer una de las posibles rutas de 30 Km que tengo previstas para Septiembre, buscando lugares con sombra para comer, verificando la disponibilidad de «avituallamientos», podando algunos segmentos pinchones de camino…
Por cierto, pese al calor me encontré con tres grupos de osados excursionistas, e incluso pude practicar mi inglés con algunos. Y cosa curiosa, no vi ni oí ninguna señal de cazadores en todo el camino.
En resumen, los «12 Km para no perder la forma» se transformaron en «30 Km para ir calentando». Y en Agosto lo de «calentando» es literal, proclamo.
Ah, y gracias a l@s que queríais venir pero no pudisteis por una cosa u otra. :)