Dos almas salimos antes del amanecer a la conquista de una ruta ambiciosa, que resultó serlo demasiado. Empezamos escuchando el canto de los gallos al nuevo día, y un inusual silencio en la perrera de la Sentiu, acompañados de un clima que nos favoreció en todo momento: nuboso sin frío, amenazando lluvia que no llegó a caer, y viento no tan fuerte como para molestar.
Poco que comentar a lo largo del día. Simplemente íbamos poniendo un pié delante del otro, subiendo y bajando pendientes, disfrutando de la naturaleza cuando el camino era lo suficientemente fácil como para permitir levantar la vista, y disfrutando aún más de las pausas para comer. :)
Como nota curiosa destaco que dos segmentos de la caminata coincidían con la HTBCN, una carrera de montaña de 72 Km, así que nos fuimos encontrando y animando a los corredores de la misma, que le dieron color a la jornada. Como le comenté a mi compañero: «Cuando sea mayor quiero ser como éstos», o como los de la UTBCN (100 y pico Km) puesto a pedir.
Llegamos a Sitges con algún problema físico y una media de velocidad muy por debajo de lo previsto, así que decidí terminar la caminata allí, o hubiéramos llegado muy muy tarde al resto de las etapas. Como nos sobraba tiempo, paseamos tranquilamente un ratillo intentando encontrar la meta de la HTBCN.
La lluvia empezó a caer después de ponerse el sol, o sea que igual fué buena la decisión de dejar la caminata en Sitges.
Estadísticas, según mi GPS:
- Total: 39,5 Km en 12:15 ; 3,23 Km/h incluyendo paradas (1:56)
- En movimiento: 10:19 ; 3,83 Km/h.